TESTAMENTO DE ADRIANO


TESTAMENTO DE HADRIANO

(en el cual Hadriano Mynsicht expone su última voluntad y parecer sobre la Piedra áurea de los Philosophos, revelando a los alumnos o Hijos del Arte y de la Sabiduría, todo cuanto ha alcanzado sobre ella)

A los discípulos y herederos del Grande Hermes Trismegisto y a la Posteridad, que tendrá presente y agradecerá el beneficio.

Aumentan otros con sus bienes, cuando se ausentan, o mueren, las haciendas y facultades, y también las opiniones de los que quedan; disponen otros sus cosas, tomándose el tiempo necesario con desvelos y malas noches; molestan con encargos a sus herederos con mandas o Legados de uno, dos y tres años sobre restituciones y cuartas partes, con lo cual les parece quedan beatificados y llenos de Gloria. Todos por lo regular hacen esto; pero yo quisiera hallar uno del número de aquellos hombres prudentísimos, que, cuando se trata de una materia, en que comúnmente todos se embrollan, y alucinan, y en que el mismo incurrió, disponga el apartar a sus herederos del error, señaladamente a aquellos cuyas Ideas, y riquezas son dirigidas por una codicia infernal, que les consume y distrae enteramente de la verdad. Mediante lo cual no os damos cosa que toque a Creta ni a Dédalo; ni estas cosas son las manzanas fugitivas de Tántalo.

Lo que se os presenta es el último honor de COLCHOS, señalando como con el dedo de los Reynos de Saturno; registrando, contando y notificando como verdaderas, las horas bienaventuradas de las Diosas. Aquí no se fingen o describen los Perfiles de Semiramis. Lo que se hace es confesar ingenuamente que todas las cosas de la Naturaleza consisten en el Sol, la Sal y el Azufre; y al modo que Ariadna con el hilo sacó a Theseo, del mismo modo sacamos y ponemos delante de los ojos el oficio abatido y mujeril de la Disolución y Coagulación; haciendo ver al mismo tiempo como dos veces de uno se hacen dos; y como estos dos se vuelven a unir, circulando y andando por rodeos.

Ultimamente contamos con recomendación, el FERMENTO; el uso de VULCANO, para la digestión, y la audacia del ADULTERO. No es necesario para esto del Arte adivinatoria, ni es preciso valerse de conjeturas, ni mucho menos de los progresos, últimas voluntades e interpretaciones de F Vascio, y del Pretano porque aun mas de lo que permite la Majestad y Dignidad del asunto, abrimos el Arqueo y descubriendo la materia damos el modo de hacerla inmaterial. En suma quebrando la cáscara, sacamos y entregamos limpia, y mondada la Almendra o médula que encerraba. No soy imitador del Testamento de Lulio, sino intérprete de él.

Así, pues, haced sacrificio de vuestros ánimos y ostentad que sois dignos de poseer tan gran Thesoro como el presente. Lo cual tendrá efecto cuando juntaseis en su Baño al suave, radical y agradable ósculo, la Naturaleza y la Madre Aphrodisea; con el cual podéis crecer y multiplicaros. Quedaos con Dios, herederos posthumos, y gozad con mucha salud de la confianza y encargo de Hadriano.

EL SIGLO DE ORO RESUCITADO Buscando hallé, y purgué diversas veces; junté y aun maduré, no sin acuerdo, hasta que procedió la Aurea Tintura, que se llama del Mundo único centro. Después tantos escritos de Hombres grandes varias figuras, dichos tan diversos (Ingenuamente a todos lo aseguro) los comprobé los vi y hallé ser ciertos. Ya por fin conseguí la Medicina de los metales, y de humanos cuerpos; O por mejor decir, nació aquel punto Divino, celestial, grande e inmenso.

TESTAMENTO DE HADRIANO DE LA PIEDRA AUREA DE LOS PHILOSOPHOS

Aquí tienes, Lector, si a bien lo tienes el Thesoro perpetuo, que te ofrezco, hallado a costa de cuidados grandes con auxilio de Dios, Rector supremo.

Si quieres, será tuyo, pues le ofrece sin envidia, sin velo y sin rodeo el Padre de la Luz, el grande Apolo, como un Don celestial, sublime, inmenso. A los hombres ingenuos comunico mis Secretos movido por los ruegos de los que dicen, es razón lo haga para la utilidad, o común provecho.

Hágolo pues así, por mas que gruña el Zoilo narigudo, y avariento; De él hago poco caso, pues me basta el tener un Censor de juicio recto.

Quiero decir un Sabio, pues me consta que lo que diga no será indigesto; Quien esto de consurar como se debe, y el imitar los hechos de los buenos, es cosa que a muy pocos la concede Jobe: a los que forjó de Metal bueno los manda y los dispone a que disciernan lo encorvado, o torcido de lo recto.

A estos solo sujeto todo cuanto dijere en adelante, pues confieso que por el Don de Dios solos conocen de la Fuente Dorada los Mysterios.

Porque como poseen Llave-Maestra abren el Gabinete más secreto de la Naturaleza, y se introducen donde saben está lo más perfecto.

Aquel a quien entrar se le permite (que sin disputa alguna es al Adepto) al Philosopho, Alumno de la Ciencia por favor del que rige Tierra y Cielo.

Le viene todo honor, oda abundancia y un colmo de riquezas tan inmenso, que en su comparación solo es pobreza todas cuantas los Reyes poseyeron.

Salió a pública luz años pasados un legítimo intérprete de mi genio, bien que con el supuesto y falso nombre de Henrique Madathan, y proponiendo un Título sonoro, que decía Resucitado Siglo de Oro; pero como solo buscaba los aplausos de la ventosa Plebe el Autor nuevo, No se quien descubrió sus intenciones al fingido Batylo, y con desprecio justamente indignado el Padre Apolo, declaró ser indigno de su Templo, mandando que el honro que pretendía, se diese al benemérito y modesto; castigo ciertamente muy conforme al que como Corneja usa lo ajeno.

Pero con todo esto no se crea que en lo que en estos versos decir quiero descubro claramente al Mundo ingrato los Mysterios más dignos del aprecio. Porque sería echar seguramente las Perlas y las Piedras a los Puercos, y no es bien que unas cosas tan sagradas se profanen o entreguen a los perros.

No obstante por que acaso no presuman que oculto aquel Talento que le debo al Autor de los Orbes celestiales, inefable hacedor del Universo. Sepa, pues, la celeste Descendencia que aquel Nuncio supuesto o Mensajero despojado de Máscara engañosa, confiesa que yo soy su propio dueño. Así lo quiere Dios y lo publico (dando en mi confesión un buen ejemplo) con la formalidad que se acostumbra en este mi presente Testamento.

Ahora solo pido al que heredero el Depósito junto de mi pecho, use de estos Arcanos como debe, dando las gracias solo a Dios inmenso. Y para que le conste en todo tiempo legalmente otorgó Testamento, he llamado a que sirvan de Testigos, y authoricen el Acto con sus sellos Herméticos, al buen viejo Saturno a Phebo claro, al Paxaro Cylenio, a Jupiter, a Marte, y Diosa Cypria o Luna, que se vengan al momento.

Busqué y rogué también al Grande Hermes (de Philosphos Padre verdadero) que actúe de Escribano en este caso por que fiarme de otro yo no puedo. Con efecto hecho cargo de mi instancia y de mis pensamientos bien impuesto, lo fue notando todo muy despacio, para ponerlo en su registro luego. Otorgar de otra suerte a mi albedrío sin testigos, sin firmas y sin sellos sería un acto nulo, y al contrario muy solemne con tales documentos.

Por lo que toca al fondo de riquezas que mando y encomiendo al Heredero, puede verle si gusta en este Escrito, en donde se contienen por extenso. Entre tanto deseo que guardado en el Registro de Hermes muy secreto permanezca y se muestre solamente al hijo de la Ciencia verdadero. Tened a bien se escriban estas cosas, porque por vuestro honor es todo esto, para Ingenios vulgares no conviene, ni pertenece al necio, ni al protervo.

Por que además de que sería inútil para el vulgo esribir, tengo por cierto daría tal sentencia cual dio Mydas cuando le hicieron Juez en aquel pleito. Que Apolo y Pan tuvieron otro tiempo: siniestro fue su juicio, y así digo que en premio de su gusto tan insulso dos orejas de Asno le nacieron. Si el vulgo en estos hechos no le iguala a lo menos posee igual celebro, por que jamás aprueba cosa alguna, si no conviene en todo con su genio.

Una Turba de gentes tan idiotas es indigna de Arcanos tan inmensos. Sólo el poder de Dios cuando se implora, hace merecedor a alguno de ellos. Para esto se requiere gran trabajo, a la envidia, y sus tiros ser expuesto; Pues quien teme el bocado de la Hydra, nunca llegará a colmo su deseo. Válgame Dios, y cuanto he batallado, cuantas quimeras, sustos y tormentos he sufrido, al compás que la gran Palas me enseñaba la Ciencia allá en su Templo.

Qué envidia, qué calumnia, qué rencores. Qué simplezas, qué obstáculos. No puedo ponderar los esfuerzos inhumanos que apartarme querían del intento. De la Verdad el Amor venciendo sale, venció la Ciencia amada con denuedo O Ciencia, Ciencia más amable que el Oro, que la Plata, y el Dinero. Y con razón pues es más excelente que todas cuantas cosas poseemos, y vale más que todas las riquezas que los Reyes más ricos poseyeron.

Salomón tuvo grandes opulencias, las de Creso, sin duda, grandes fueron: las de Sardanapalo, Rey de Syria a las de los citados no cedieron. Finalmente otros Reyes, Capitanes, Grandísimos Thesoros adquirieron; pero en comparación de la alta Ciencia es comparar un átomo a los Cielos. O para que me explique claramente, es querer comparar un lago horrendo con un manantial claro, suave y dulce, que fecundiza y riega el Universo.

Estos arroyos, pues, de la Aurea fuente si quisieres que broten, y cogerlos, haz cuenta que es Ambrosía, Agua perenne que los Dioses bebieron otro tiempo. Este es aquel Licor, que aunque le busca el ignorante, nunca llega a verlo, porque cuando lo tiene entre las manos, por fuerza quiere hallarle en los dos Reynos. Vegetal y Animal; pero no halla lo que busca ni hallarlo puede en ellos. de suerte que se cansa vanamente tales naturalezas inquiriendo.

También suele buscarle en varios casos, que están muy apartados del intento: pero encubierto el Arte en negras sobras ridiculiza todos sus esfuerzos. Así, pues, para que no te suceda el andar entre tales devaneos, observa cuidadoso cuanto digo, por que en ello aseguras el acierto. Buscarle sólo debes en las venas Minerales que ofrece a manos llenas en su Gremio cercano y abundante la Madre universal Naturaleza. En ellas le hallarás únicamente y aunque por o exterior vil te parezca, es el único origen de los Bienes, y materia primera de la Piedra.

Esta es aquella Fuente pura y sacra, este es aquel Licor, Agua bendita, de los Philosophos Mercurial ornato, Flor de oro, y riquezas infinitas. Finalmente es el Tálamo o la Cama Noble, rica, magnífica, exquisita de dos Esposos nobles, cuyo semen se prolifica en ella o multiplica.

Una fue la Materia de las cosas, un Cahos, y un principio verdadero de que produjo Dios Omnipotente todo cuanto compone Tierra y Cielo. Quiero decir que de una informe masa lo visible e invisible procedieron por virtud indecible comprendida en el VERBO de Dios santo y excelso. Así del mismo modo nuestra Piedra de semejante Masa procediendo, es compacta y confusa, pero en ella escondidos están cuatro Elementos. De la Naturaleza ya criada contiene las Semillas en su seno o vientre, del que sale un hijo noble de Arte y Naturaleza único efecto.

Es preciso también tener presente que lo que es la Materia de la Piedra además de ser Madre de Metales es capaz de tomar formas diversas de todo cuanto vemos, y se saca de los ocultos senos de la Tierra en especial de orden que preside el séptimo de todos los Planetas. Es así, pero a todos los Metales con su virtud gobierna nuestra Piedra, por que seguramente es el Maestro que rinde a todos con su fortaleza.

Esto debe entenderse cuando ocurre el que alguno por arte se disuelva en su primer Materia, porque entonces lo hace poro ser de igual Naturaleza. A lo imperfecto manda con imperio que otra forma reciba más perfecta Virtud que si no ella no posee cosa de cuantas vemos en la Tierra. Esta virtud es como cosa propia, que nadie la disputa, o interpreta como la del Imán atraer el hierro, y juntarse con él, quiera o no quiera.

De ella al Médico viene honor perfecto, y al Artífice triunfos acarrea; y de esta llave pende el Magisterio que de nuestro Theatro es la Diadema. Si conseguirla quieres toma presto la materia, que arriba tengo dicho, y el Philosopho explica claramente en diversos lugares de sus Libros. En Cisternas estériles, remotas de la Fuente, buscarla, es perder tiempo, así como el andar siempre vagando en materias ajenas del Intento;

Por que este nuestro Arcano nunca tuvo sino una puerta sola, y así debes buscarla, como dije, pues sin duda la hallarás y por ella entrarte puedes. ¿Pero cómo se llama esta Materia, y bajo de qué Astros podré hallarla, porque si ignoro el nombre, y donde existe, será gastar el tiempo sin substancia? Ya te dije, que es Madre de Metales, y esta Madre la ofrece cualquier Tierra, tan abundante que ella está clamando por dejar la prisión de la Minera. Esta materia pues, concibe y crece en el Mineral vientre, hasta que llega el tiempo de parir un hijo hermoso de edad y madurez la más perfecta.

También esta materia engendra al hombre; lo invisible y visible de la Tierra, y además estos cuerpos como hijos, con fuerzas muy robustas los conserva. Es un Hermaphrodita poderoso que debajo de un Cuerpo es Macho y Hembra de modo que posee dos virtudes, dos simientes, dos sexos, y dos fuerzas. Los Astros le ministran las figuras, los Elementos su virtud le prestan, y lo demás restante de su forma se lo finge por sí la fuerza térrea. Esta Materia, pues no has de buscarla (porque sería esto una chymera) sólo en España, en Indias, en Italia, o en las Tierras de Lybia tan desiertas, porque además de hallarse en todas partes, nuestra Tierra la ofrece a manos llenas, y es muy común el verla cada día en cualquiera paraje que se quiera.

Las más veces por Calles y Plazas los Muchachos jugando están con ella, y es cosa despreciable al que no sabe la virtud poderosa que en sí encierra. El conocerla es cosa que concede a muy pocos el Alto Soberano, y con razón pues, suele ser Trofeo de manos de hombres locos o de fatuos. Siendo así que es más noble que el Cuerno del gran Rhinoceronte decantado; Verdad es que así este como aquella nada sirven al vulgo necio y vano.

Pero lo que es peor y más sensible es, el que en las quimeras los malvados, mezclando lo profano, y lo divino, lo superior, lo vil y lo más bajo. Despiden de sus manos con desprecio la cosa más preciosa en tanto grado que no hay cosa ninguna que la iguale, si se la pone de virtud en acto. Y qué Materia es esta saber quieres? lo diré por no verte mendigando: Es substancia salada; es Agua seca Licor de todo espíritu adorado: Aceyte no criado, incombustible, por más que el Dios Vulcano esfuerce airado las fuerzas más atroces de su fuego; pues se ve que es inútil, frío y vano: Es la lave admirable que abre sola de la Naturaleza lo cerrado: La que conforme a sí lo vuelve todo, que es la cosa más grande que yo hallo.

Recién sacada pues nuestra Materia, aunque de impuros miembros es dotada, y se nos muestra cruda, e indigesta, posee una virtudes harto raras. El vientre corrompido enmienda y cura; las entrañas corruptas también sana; Sustituye una carne nueva, y pura, quitando la que estaba ya dañada; destierra el mal olor, y aliento infecto y es común Medicina, y muy barata para el rico, y el Pobre, y cuantos quieran conservar hasta el fin vida muy larga.

Por lo que toca al nombre que posee digo que tiene varios y es llamada Piedra, Moderación, Gobierno, Freno, De los Reynos, Imperios y Monarcas. De nuestra triste vida es el Consuelo, a quien es acreedor el pobre y rico: es obra de Mujer de corto precio, y un juego de muchachos, o de niños, y aunque envuelta con lodo y con estiércol el pie la pisa en Calles y Caminos, no obstante por su Rey la reconoce de lo siete Metales el Concilio. Esta Materia, pues, no conocida en el Mundo, y envuelta en el olvido, que incluta, estéril yace, y sin honores, Ilustrarla, si puedo, es mi designio.

Así por mi presente Testamento daré no poca luz, aunque en concisos términos; pero claros que contengan lo ameno de sus frutos infinitos. Debes saber también que en nombre propio es hija, (y aún en rostro parecido) de Calcanto Adivino tan anciano que al MLLVIORTU tuvo su principio; Con cuyo nacimiento tuvo el Arte de la CHYMIA su origen tan sabido, cuando halló a su Mujer Vulcano ardiente con Marte en Adulterio prohibido.

Si de esta dicha Virgen o Doncella adquirieres la sangre, humor cruento, y la nevada, o seca de aquel Ave, una corona Real tienes en premio; porque siempre rodea Lympha blanca la Yema de color pajizo claro

Pero ¿hacia donde voy? ¿No es suficiente el haber la Materia declarado? ¿No basta que su nombres se haya dicho, y dónde puede hallarse sin trabajo? Paréceme que sí, y así prosigo con el asunto antes principiado.

De los vanos Sophismas huir debes, de aquí en adelante, si acertar deseas, sin andar por rodeos, que te aparten del camino derecho, que ya llevas. Toda clase de hierbas da de mano; los cuerpos de Animales brutos deja, si buscas con cuidado nuestra Piedra, la carne, ni la sangre aprovechan; ni los menstruos, que de ella se separan; la esperma humana es cosa horrible y fea; el estiércol, la orina, no le sirven; ni la lana lo da de las Ovejas.

Tampoco lo darán las secundinas de mujer, ni se halla en verde hierba: El fruto corresponde a la simiente; y así quien Mierda siembra, mierda siega. No menos sudará, mas sin provecho, el que en la Plata u Oro, le desea: La Materia ha de ser más digerida que Plata y Oro y de mayor pureza. Para que con su fuerza muy aguda penetrar los Metales todos pueda, transmutando o mudando cualquier de ello en Plata u Oro, como se apetezca.

Pero el Oro vulgar en nuestra obra no entra; antes bien el que se emplea Philosophico es, y este se saca de solo su Mercurio. Esto se advierta. Con este extracto, pues, solo teñimos: con él se hacen cosas estupendas, como es el trasmutar en muy perfectas las cosas que antes eran imperfectas. Este es el punto, pues, este es el medio de que se vale la Naturaleza en separar lo puro de lo impuro, y el que sigue sus pasos nunca yerra.

Por otro lado los Metales todos, perfectos o imperfectos aunque sean son incapaces de admitir las veces del Extracto, que arriba dicho queda; porque destituidos de alimentos, y Semen genital, que vida presta, no pueden engendrar su semejante como muertos, y llenos de impurezas. Y como en sí no tienen modo alguno (que esta virtud ausente se lo niega) para poder curarse de sus males, de otra parte es preciso que les venga.

Ultimamente el dicho nuestro Extracto mineral, vegetal virtud encierra, y si quieres que todo te lo diga contiene al virtud de los Planetas. alas virtudes de todos juntos tiene y mediante las cuales cosa es cierta que en los cuerpos humanos hace cosas maravillosas raras y estupendas.

Ya tienes la Materia, hija de Phebo o la Materia Ælherea de la Piedra: de aquí en adelante, pues, tu que lo buscas es menester procedas con gran cuenta. Los notorios vestigios, o pisadas de aquel Verde León es bien que tengas, y si a tus manos vienen (Dios mediante) gran parte tienes de lo que deseas.

Pero porque no yerres decir quiero (por que llegues al fin de la carrera) lo que debes hacer después que tengas a la mano dispuesta la materia: El separar lo puro de lo impuro es la cosa más sabia, y la primera: así, pues, la Materia bien purgada de toda crasitud es bien que sea: sublimada también como se debe, tan sutil que teñir puedas con ella, penetrando los cuerpos, y sacando el Alma, o los espíritus, que encierra.

Esto acabado, pues, y bien purgada del modo sobredicho la Materia, podrás sacar después estas dos cosas, o el Arcano, que dentro de sí encierra. Que son Sal Mercurial, así llamada en la Philosophia más secreta, y en la forma de óleo el Sulphur rojo pesado y abundante de excelencia.

En la Sal, pues, se oculta todo Arcano, y si esta la disuelves, cosa es cierta que podrás penetrar lo más secreto del Templo más sublime de Minerva. Esta es aquella hermosa Aguila blanca que del Rubio León es la Parienta, este es aquel esposo blanco y rubio que tiene de oro puro la cabeza. Pero de aquesta dicha Aguila blanca no es necesario tomes todo el Cuerpo; toma de él lo sutil, lo más jugoso por que lo espiritual es más perfecto; quiero decir que tomes sus chrystales que en candor aun a la Nieve excedan; tampoco del León rojo ha de tomarse el cuerpo todo, solo el Jugo sea interior de su sangre rubicunda o Sulphur bien purgado de impurezas: el principal trabajo solo es este y la industria más útil y perfecta.

De la cual si no usas como debes, sacando sus entrañas con destreza te digo con verdad , que así este Sulphur como la Sal de nada te aprovechan.

De la Sal el Mercurio ha de salirte, que en la Philosophia más secreta se llama leche virgen, Blanca Nieve y es la única llave de esta Ciencia. Del Blanco y Rubio he dicho bastante sobre el modo de hacer los dos Extractos: siguiendo con el Arte tan sagrada, hablaré sobre el modo de juntarlos.

Digo, pues, que llegando a tal extremo que Sal y Sulphur bien purgado tengas, mediante Dios y auxilio de la Ciencia a la unión de uno y otro ya procedas. De los Philosophos observando, el peso, el cual Naturaleza bien demuestra por que cuando ya tiene lo que basta casi con su dedo lo demuestra. Unidos uno, y otro como he dicho con Hermético Sello bien cerrados, en el grado que sea conveniente se les dará un calor tan moderado como el que la Gallina da a sus huevos cuando está sobre ellos empollando; o el que suministra el vientre al feto al paso que este crece, y va formando:

Porque si el dicho Fuego no le riges con la prudencia que requiere el caso, ciertamente será trabajo inútil, y el cuidadoso afán mal empleado. El Tálamo cerrado, y los dos juntos un esposo y esposa tan amados, ella blanca y hermosa cual la Luna y él rubio como Apolo Soberano.

Humilde a Dios le pide te permita mediante que tu fin es bueno y santo en gloria suya, y útil de los Pobres, ver aquel Matrimonio consumado. Con esto en breve tiempo, Dios mediante, verás la estrecha unión de estos casados, y de resultas un Ethiope Negro o Cuervo negro la cabeza alzando. pero ante todas cosas debes tener un gran estudio, o el mayor cuidado en no abrir las ventanas chrystalinas del Aposento, que ha de estar cerrado, hasta que ellos hubieren concluido, y de color se vistan encarnado, pues la quietud les es muy conveniente para engendrar su hijo asimilado.

Así, pues, el despertar la Esposa del principiado sueño, y del descanso, y aun tocarla, no siendo muy preciso, el Philosopho Rey nos lo ha vedado.

En suma estas dos cosas bien cerradas se oprimen, y se angustian en el vaso de modo que en fatiga semejante, no teniendo otro refugio en calor tanto; empiezan a sudar, y los vapores más sutiles se elevan a lo alto, y al paso que se va aumentando el fuego, se va la copia de estos aumentando. Eres Huerto cerrado (así lo canta la Real Sabiduría, el Rey más Sabio) Fuente sellada, Flor del Huerto ameno y Manantial que baja del Líbano.

Levántate Aquilón, Austro levanta, y los dos id mi huerto ventilando, ventilad y soplad, pues de este modo irán suaves aromas rociando. La voz del dulce Amigo estoy oyendo sobre los Montes salía, y los collados; semejando al Cabrito cuando viene retozando después de haber mamado.

En el vidrio encerrados los dos juntos, verás un admirable movimiento: ya suben desde el fondo a lo más alto, y ya de arriba bajan a lo extremo. No es menos admirable el ver que unidos se mortifiquen y aun matarse puedan; que despues resuciten, y podridos adquieran la Negrura más perfecta.



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